Caminando por una ciudad astral, habitante secreta de la ya astral ciudad donde vives, entre tanto frio y andar de lateralidades cercanas, nos dió hambre.
Entramos a un lugar de comida muy exclusiva: espera de dos horas para que todos los que allí trabajaban atendieran exclusivamente a cada cliente!!! Mi “paciencia” era calmada con tu presencia, sólo con la mirada...
...mirada que, por el breve instante que la aparté de ti para ver cómo repentinamente se encendía un fuego terrible en la cocina, no notó que te habías marchado furtivamente de la mesa, para retornar con una leve sonrisa y una calma como si nada estuviese ocurriendo.
Pánico, la gente corría y se agolpaba, los empleados gritaban y evitaban que la gente se escapara del fuego. Sorprendido por tu inteligente actitud de cordura, te tomé de la mano y salimos caminando tranquilamente. La curiosidad no pudo evitar que volteara a mirar, totalmente cargado de morbo, cómo se incendiaba por completo el lugar.
Al alejarnos los roles de quién llevaba a quién se habían cambiado. Me condujiste a una casa sencilla, de patio abierto y mucho sol. Una señora amable nos esperaba y hasta parecía conocerte porque conmigo hablaba, contigo sólo intercambiaba miradas llenas de complicidad...
Me mostró qué tenía para comer: casi todo era animales cuadrúpedos pequeños. Si bien escogí algo, ella notó mi no total agrado. Asi que pidio, con un gesto, que la siguiera. Te quedaste en el patio, yo ni siquiera voltee: una mezcla de curiosidad y vertigo me invadió al entrar en la casa...