En la cueva humeda, parece haber una carcel, un lugar de donde no se puede salir apesar que está al aire libre y el enrrejado no es muy fuerte. de un lado las mujeres, del otro un hombre callado, cinico. El se sabe dueño de algo, algo que compro y que ahora es suyo algo que por derecho no le pertenece, pero que le da derecho? lo que pago por poseerlo?
Letras infantiles, pensamientos inocentes, sin ataduras... como se recupera la niñez? quien la guarda cuando la dejamos a un lado? un hombre grande y cinico? un enrrejado en la cueva? como se recupera el mensaje secreto traz las letras y los dibujos? como se acepta que lo que buscamos con tanta fuerza ya lo sabiamos hace tanto tiempo...?
Visitante de último segundo,
con ojos cerrados
pero mente ya despierta.
¿Qué podrá ser...?
Mi vientre es como el vino sin troneras;
a punto de estallar como las botellas nuevas.
Hablaré para aliviarme;
separaré mis labios y responderé.
Job 32:19
Hay algunos que no recuerdo, cercanos a la media noche.
Otros, más vívidos entre las tres y los cantos de los pájaros,
son los que sacuden el carrusel.
Y justo en el momento de abrir los ojos están los del umbral,
los que siempre intento retomar candidamente apretando los párpados.
No carecen de lógica, como los anteriores,
porque ahora sé que ellos la arman,
me preparan para reconocer el Yo
el que cada mañana se detine frente a un espejo de 16 horas.
Descubro los restos de su hacer cada tres días
en ese espacio onírico en el cual últimamente me cuesta entrar...
¿Resistencias?, ¿guardían en la puerta?, ¿miedo?,
no sé: vanas excusas tal vez para no andar en terreno innombrable,
morada de aquellos,
de algunos que no recuerdo, cercanos a la medianoche.