Doménikos Theotokópoulos: no me imaginaba este nombre detrás de la mano que pintó figuras tan desconcertantes y mucho menos que su arte fuese alimentado por una necesidad de ¨producción en serie¨.O que un italiano, Pedro Friedeberg, venido a México desde muy temprana edad, aportara tanto al OpArt por sus insatisfacciones como arquitecto, asi como que fuese el padre de la silla que mas me estremece cada vez que la veo en un nail spa. Menos imaginaba que una persona forzada a vivir en una especie de ¨edad media en pleno s. XX¨ (según sus propias palabras), fuese parte importante del proyecto Biósfera 2. Norberto Alvarez es su nombre y ayer le escuché decir: Uno pasa más tiempo durmiendo que estudiando. Entonces, qué será más importante?.
El espacio que separa los distintos roles que vivo día día cada vez se torna más molesto...
ps. para los despitados: Cempasúchil no es nombre de plato japonés.
Los tiempos se solapan: casi tres años fuera de la virtualidad y casi tres meses de la primera visita a MéxicoHoy estoy de nuevo en ambos sitios: con el sabor en la boca, el calor en las manos, el aire que respiro y las imágenes circundantes que gritan nunca te fuiste...
Un propósito compartido: poner andar de nuevo el carrusel con la energía surrealista que inunda estos lugares.
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